jueves, 10 de diciembre de 2015

Mensaje de Navidad 2015

SCHOENSTATT INTERNATIONAL

PRESIDENCIA INTERNACIONAL

MENSAJE DE NAVIDAD 2015

Sueñas conmigo este sueño?

La Presidencia Internacional de la Obra realizó su jornada anual de una semana. El lugar y el

momento fueron especiales. Nos reunimos en Roma, en Belmonte, precisamente 50 años

después del regreso del P. Kentenich y de su estadía en Roma. Qué nos quiere decir Dios a

nosotros como Familia de Schoenstatt?

Hace 50 años nuestro Padre y Fundador regresó del largo exilio de 14 años. Un telegrama lo

llamó a Roma. Aparentemente nadie envió tal telegrama. Al principio debía volver a

Milwaukee. De pronto fueron levantados todos los decretos en su contra. El 22 de octubre

terminó el exilio. Cuando cumplió en esos días los 80 años, la Presidencia internacional le

prometió el Santuario en Roma como regalo. Él visitó el terreno en Belmonte y el 8 de

diciembre colocó simbólicamente la piedra fundamental del Santuario “Matri Ecclesiae” –

dedicado a la Madre Iglesia y a la Madre de la Iglesia. El 22 de diciembre lo recibió el Papa

Pablo VI en audiencia. El P. Kentenich regresó a Schoenstatt, justo para celebrar la

Nochebuena en el Santuario Original. Un nuevo milagro de la Nochebuena!

Estos acontecimientos coincidieron con el término del Concilio Vaticano II. No por

casualidad. Sin el Concilio el P. Kentenich no hubiera sido comprendido. Él prometió al Papa

que Schoenstatt se comprometería con la misión postconciliar de la Iglesia, y repitió en

aquellos días que su epitafio debía decir: “Dilexit Ecclesiam” - Amó a la Iglesia!

Este tiempo tan rico fue para el P. Kentenich un signo fuerte y palpable de la irrupción de

Dios en nuestra historia. Como profeta da testimonio de la presencia y del actuar de Dios.

Dios en acción. Lla Santísima Virgen se manifestó admirable y victoriosa por encima de todos

los esfuerzos humanos y más allá de todas las negociaciones diplomáticas. Esta es la

convicción de fe del P. Kentenich. De esta forma Dios confirmó con su sello el carisma y la

misión de Schoenstatt. Como testimonio de esto, para caracterizar ese tiempo que pasó a la

historia de Schoenstatt como “el cuarto hito” acuñó la expresión: “vivir en la victoriosidad

divina”.

También nosotros, sus herederos, experimentamos algo de esta irrupción de Dios. Lo

vivenciamos en el regalo inesperado y milagroso del Santuario Original y en el

acontecimiento de gracia del jubileo del 2014. A pesar, o quizá justamente a causa de nuestra

debilidad y en nuestra debilidad, experimentamos el poder y la misericordia de Dios.

Qué nos dice el Dios de la vida a nosotros, a la generación joven? Queremos portar el fuego

del profeta. En una oportunidad el P. Kentenich desafió a su Familia: Sueñan conmigo este

sueño?

1. „Maria clarifica te!“ María se glorificará! Así como entonces también hoy, en medio de

este tiempo de cambio, Ella se manifestará como Reina y Victoriosa. Ella se jugará por la

dignidad de todos los hombres y mujeres, por una cultura del encuentro y de la alianza,

por la paz tan largamente anhelada y permanentemente amenazada en todo el mundo.

María enseñará a la Iglesia a ser ella misma Madre de todos los hombres. A Ella, la Madre

de la Iglesia, nos regalamos nuevamente en la Alianza de Amor y ofrecemos nuestro

esfuerzo por una Iglesia cada vez más mariana.

2. Soñamos una Iglesia y un Schoenstatt „en salida“, un Schoenstatt misionero que sale de sí

hacia todos los hombres y especialmente a los que viven en las periferias. Como el P.

Kentenich lo prometió hace 50 años queremos dar lo mejor de nosotros por una Iglesia

renovada, servicial, animada por el Espíritu y alma del mundo (cf. P. Kentenich 8.12.1965

y Memorandum Pentecostés 2015).

3. El mensaje de la misericordia: hace 50 años el P. Kentenich habló de “la nueva imagen del

niño, del padre y de la comunidad”, impregnada por la misericordia del Padre, como fruto

del exilio y de la irrupción de lo divino (Carta de Navidad, 13.12.1965). Hemos de

experimentarnos como “hijos del rey, miserables pero dignos de misericordia, y de este

modo caminar por la vida de modo especial como predilectos del amor infinitamente

misericordioso del Padre Dios”. Compartimos la convicción del Santo Padre Francisco

que la misericordia es el mensaje central de la Iglesia al mundo de hoy. “Misericordiosos

como el Padre” es por ello el lema del Año Santo de la Misericordia, que el Papa Francisco

inaugura hoy. En el Santuario Original y muchos otros Santuarios se nos invita a

atravesar “la puerta de la misericordia”.

Tres palabras legó el P. Kentenich entonces a su Familia, que quizá valgan hoy más que

nunca: Hijo, no olvides a tu Madre! No olvides tu miseria! No olvides el amor misericordioso

del Padre Dios!

Hace 50 años la Familia experimentó una profunda comunidad de corazones con y en el

Padre y Fundador: Cor unum in Patre. Esta íntima comunión de uno con el otro, por el otro y

en el otro, fue fruto pero a la vez condición para que Dios irrumpa y emerja entre nosotros.

Creemos firmemente que esto es también lo que Dios espera y desea de la Familia de

Schoenstatt hoy, para que suceda un nuevo milagro de la Nochebuena…y el sueño se haga

realidad!

En nombre de la Presidencia Internacional, Su

P. Juan Pablo Catoggio

Roma, Belmonte, 8 de diciembre, 2015



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