Indulgencia Plenaria en los Santuarios de
Schoenstatt
Del 18 de Octubre de 2013 al 26 de Octubre de 2014
Con motivo de los 100 años de su Fundación
El Santo
Padre, ha otorgado indulgencia plenaria, con motivo del centenario de la
Fundación del Movimiento de Schoenstatt, con la Primera Alianza de Amor con
María, a todos los Santuarios de Schoenstatt en el mundo, durante el año
jubilar, para todos aquellos peregrinos que cumplan con los requisitos habituales
establecidos.
¿Qué es una indulgencia plenaria?
Es un
“indulto”, una remisión, de la responsabilidad que tenemos de reparar los daños
que han ocasionado los pecados que ya nos han sido perdonados en la confesión
sacramental. En la Confesión se nos perdona la culpa que contraemos con los
pecados, pero es de justicia reparar también el daño causado por estos;
purificar las consecuencias de esos pecados. Si al morir, no se ha purificado
el corazón y no se ha expiado o reparado suficientemente el mal ocasionado, hay
que pasar el Purgatorio (para purificarse), antes de ver cara a cara a Dios.
El perdón,
Dios lo da gratis en cada confesión y espera un cambio real en la vida de la
persona. Al confesarse se supone también
que la persona está dispuesta a ¨reparar¨ o componer aquello que ha dañado con
su pecado. Como esto muchas veces no es posible, pues es difícil reparar el
daño cometido, entonces el pecado aunque ya esté perdonado en la confesión,
deja como una mancha, que habrá que limpiar en esta vida con obras buenas o en
el Purgatorio, para poder entrar totalmente en paz y con un corazón limpio al
cielo.
Para entender esto mejor,
podemos usar un ejemplo muy sencillo: el pecado es como un clavo que penetra
en la madera. La confesión saca el clavo, pero deja un agujero en la madera.
La indulgencia es como la masilla que tapa el agujero y deja la madera como
nueva.
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Esto
significa que si se recibe la INDULGENCIA PLENARIA (de todas
tus culpas) se estará como recién bautizado, con el alma y corazón plenamente
limpios de toda culpa pena. Si alguien muere acabando de recibir la
indulgencia plenaria, se irá al cielo directo, sin hacer “escala” en el
Purgatorio. ¡Borrón y cuenta nueva!
Es muy
importante reflexionar: esto solo es posible porque la MISERICORDIA de Dios
es infinita y porque su AMOR hacia nosotros también es infinito y no porque lo
ganemos por méritos propios.
En su
misericordia y para nuestra salvación, Dios le concedió a la Iglesia el
“poder de llaves” (cfr. Mt. 16,19;
esta expresión se deriva de las palabras de Cristo a San Pedro, confiriéndole el poder de “atar y desatar” en la Iglesia). Es por ello
que la Iglesia puede ofrecer esta posibilidad de conversión y purificación
total en tiempos y ocasiones especiales. La indulgencia quiere ser un incentivo a la
conversión y a la renovación de la vida de fe, en un tiempo de gracias, como
es un jubileo. Acogemos, por lo tanto, este privilegio que nos otorga nuestra
Iglesia, con una actitud de fe y confianza en la misericordia de Dios, que
busca motivarnos y ayudarnos a que nos convirtamos constantemente a Él.
Naturalmente, esto no
contradice ni disminuye en nada nuestra fe en la realidad del Santuario y en
las gracias que recibimos constantemente en él. Justamente, esperamos que con
el ofrecimiento de la indulgencia plenaria durante el año jubilar, se
incremente la vinculación a nuestros Santuarios y se experimenten con más
fuerza, como lugares de gracia y conversión.
¿Qué
cosa no es una Indulgencia?
A fin de facilitar la explicación, puede ser provechoso afirmar lo
que NO es una indulgencia. No es un permiso para pecar, ni un perdón para
pecados futuros: ninguna de estas dos cosas pueden ser concedidas por poder
alguno. No es una excepción que exima de alguna ley o precepto, ni mucho
menos de una obligación contraída por algún pecado, como por ejemplo, la
restitución de la cosa robada; al contrario, significa una satisfacción más
completa de la deuda que el pecador tiene ante Dios. No confiere ninguna
inmunidad con respecto a posibles tentaciones. Y de ninguna manera la
indulgencia puede entenderse como la compra del perdón de los pecados, que
aseguraría la salvación al comprador o la salida de alguien del Purgatorio
¿Cómo ganar la indulgencia plenaria?
Para ganar la
indulgencia plenaria durante el año jubilar 2014, hay que peregrinar a algún Santuario de
Schoenstatt y se deben cumplir tres
tipos de requisitos:
1. Sacramentales:
a)
La Confesión: Puede
hacerse una semana antes o el mismo día, o bien, dos semanas después, si se
está en gracia el día en que se obtiene la indulgencia.
b)
Participar en la Eucaristía y
comulgar. Esto debe llevarse a cabo el mismo día en que quiera ganarse la
indulgencia.
2. Requisitos de oración
a) Oración por las intenciones del Papa
rezando un Padrenuestro, un Avemaría
b) Oración del Credo
Todo esto
rezarlo con la intención de obtener la indulgencia.
3) Adicionalmente se recomienda una
acción de Amor al Prójimo
Realizar alguna buena acción de caridad, por
ejemplo visitar a un enfermo, ayudar a alguien necesitado, etc…
¿Quiénes pueden obtener las
Indulgencias Plenarias?
Cualquiera
persona que cumpla los requisitos. Puede obtenerla para sí mismo, o para un
difunto que crea que pueda necesitarla. No se puede aplicar o dedicar a una
persona que esté viva.
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