sábado, 11 de diciembre de 2010

Homilia del 8 de diciembre

Homilía del P. Reinaldo el 8 de diciembre del 2010 en el santuario de Schoenstatt en Trujillo
Queridos hermanos y hermanas,
La primera lectura de hoy nos dice, que Dios creó un paraíso, Adán y Eva vivían felices allí, en harmonía con Dios y la creación. Pero en diablo se metió: la serpiente logró a hacer caer a Adán y Eva: querían ser como Dios y comían del fruto prohibido. Y perdieron todo, ya no había paraíso para ellos.
Hace 10 anos, cuando se bendijo éste santuario, todo me pareció como un pequeño paraíso: venimos mucha gente de Lima y del extranjero y experimentamos la inmensa alegría de ver el primer santuario de Schoenstatt del Perú. Y conocimos a una familia de Schoenstatt bien entregada, bien unida. Se ayudaron entre las ramas, hicieron mucho sacrificio material y espiritual y lo lograron de construir el santuario, mucho antes que Lima.
Pero también en éste pequeño paraíso se metió el diablo, al diablo no le gustan los paraísos. Y primero atacó a las cabezas: Al P. Amadeus y al P. Bohuytrón. Ambos fueron tentados y ambos cayeron en la tentación. Fue un golpe duro, no solo para ellos, sino para toda la familia.
El diablo atacó a dos sacerdotes, ahora falto solo yo. Y debo confesarlos, que también fui duramente atacado por la serpiente, casi me hace caer. En mi caso fue el desanimo, todo lo que pasó me entristeció tanto, que ya no quería seguir asesorando a la familia: me pareció un barco, que se hunde, mejor me retiro. Fue una tentación fuerte, gracias a la oración y solidaridad de muchos de Ustedes pude resistir.
Y el diablo siguió atacando. Ya no solo a las cabezas, sino también en el área, donde más éxito tiene: la desunión. Lograr a dividir profundamente la familia de Trujillo. Logró que haya profundas heridas, resentimientos, habladurías, chismes y hasta campañas de desprestigio entre nosotros. Muchas personas fueron manipuladas, por defender a un sacerdote atacaban a otro.
Así se perdió el paraíso en Schoenstatt Trujillo. ¿Pero realmente se perdió todo? No – de ninguna manera. Hay una persona, que no puede ser vencida por el diablo, y vive aquí, en éste santuario. Es Maria, es la Mater, es la Inmaculada, cuya fiesta celebramos hoy. En ella, en su corazón, siempre se mantiene algo del paraíso, indestructible y al mismo tiempo accesible para todos los que nos acercamos a ella. El evangelio de hoy nos dice, que ella es la “llena de gracia”. Si alguien está llena de la gracia de Dios no hay espacio para la maldad, para el pecado. Esto es el fundamento bíblico del dogma, que celebramos hoy: La inmaculada es la “sin mancha” del pecado desde el inicio de su vida, desde su concepción.
Por eso hermanos y hermanas, si estamos con la Mater en el santuario, aunque sea espiritualmente, el diablo no nos puede vencer. Si aportamos al capital de gracias nuestros sufrimientos y oraciones, se puede restablecer este paraíso, que nunca desapareció totalmente. Porque en todo este tiempo difícil, siempre había también personas, que prefirieron callar ante la maldad y ofrecer en silencio su dolor a la Mater. Esta santidad es la que vence al diablo, y estoy seguro: unidos con nuestra Madre, Reyna y Victoriosa de Schoenstatt lo podemos lograr: restablecer y reflorecer a este pequeño paraíso de Schoenstatt en Trujillo.
Hoy día, después de tanto dolor en la familia, debemos desintoxicarnos del veneno de la serpiente: de las mentiras, del chisme, de la desunión y las campañas de desprestigio. Si la serpiente logró construir algo como una cisterna invisible al lado del santuario, lleno de su mortal veneno, tenemos que destruir esta cisterna de veneno y llenar más bien de nuevo la jarra de capital de gracias, que se encuentra dentro del santuario. Oren mucho y visiten a este santuario. Miren el rostro de la inmaculada, déjense desintoxicar por ella.
Ahora estamos viviendo una nueva prueba. A raíz de tantas cartas que han llegado a nuestro Arzobispo, el ha dispuesto una visitación canónica del movimiento en Trujillo. Nos recordamos del 3er hito de Schoenstatt: la visitación del movimiento a partir del año 1949 en Alemania, la que dispuso al final el exilio del fundador durante 14 años. Fue una dura prueba, pero el movimiento creció en santidad y su fundador fue rehabilitado en el concilio vaticano segundo. Aceptemos esta visitación con la misma actitud de nuestro fundador: fiel a nuestro carisma y amando la iglesia, aunque nos ponga duras pruebas.
Estamos mirando hacia el 2014: Van a ser 100 anos de la alianza de amor con la Mater. Es un llamado a nosotros, de reavivar nuestra alianza de amor: con la Mater, con el Padre Kentenich, con el santuario y con toda la familia. En este sentido vamos a ofrecer nuestro capital de gracias al final de ésta misa, vamos a renovar nuestra alianza uniéndonos en una cadena alrededor de éste santuario. La unión vencerá al mal. Amén.

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